Esta vivienda se adapta armónicamente con su entorno. Situada en un barrio de Reus (Tarragona) donde el ladrillo predomina como material principal.
El objetivo era crear un hogar que se integrara visualmente en su contexto y que a su vez diera respuesta a las necesidades de una familia joven con 2 hijos.
La casa se emplaza en un terreno trapezoidal, por lo que la distribución ha sido cuidadosamente adaptada a esta geometría, aprovechando al máximo cada rincón del solar. La fachada, revestida en ladrillo visto, aporta una estética atemporal, con grandes ventanales que permiten la entrada generosa de luz natural, creando una conexión visual entre el interior y el exterior.
En planta primera, las ventanas disponen de unas mallorquinas abatibles que tamizan la luz y dotan a los dormitorios de cierta privacidad.
En la planta baja, se ubica la zona de día, concebida como un espacio abierto y fluido. La cocina, integrada al salón, se convierte en el corazón de la vivienda. Una gran isla central domina este espacio, funcionando no solo como área de preparación de alimentos, sino también como punto de encuentro para la familia y los amigos.
Los diferentes niveles se conectan mediante una escalera metálica que actúa como eje vertebrador del proyecto en un espacio abierto a doble altura.
En planta primera se encuentran los dormitorios para los hijos, una habitación de invitados y el dormitorio principal tipo suite con vestidor y un gran baño.
El sótano está destinado al garaje, con capacidad para 3 vehículos, además de espacio adicional para almacenamiento y la sala de máquinas.
Foto: Judith Casas
UbicaciónReusSuperficie368m2Año2020